Hoy empieza la Navidad y quiero desearos muchisima felidad.
Mi hija, que colabora conmigo en todo lo que le pido (y en lo que no le pido también), me ayuda esta vez en a desear lo mejor a todos los que venís a ver el blog con este maravilloso dibujo:
La Navidad tiene significado. A veces perdidos en «las obligaciones navideñas» mecanizamos tradiciones olvidandonos de lo verdaderamente importante, de la esencia de la Navidad.
En realidad, la Navidad se ha celebrado desde antes del cristianismo. Era la celebración del solsticio de invierno. Se celebraba el triunfo de la luz sobre las sombras porque las noches empezaban a decrecer y los días a tener más duración de luz solar. Desde este punto de vista parecía como un renacimiento de la luz, y de hecho, en muchas culturas antiguas se celebraba el nacimiento del dios solar. Este tipo de tradiciones fueron asumidas por el cristinanismo. Y el Dios que nace ahora para nosotros es Jesús.
Probablemente, Jesús nació en otra época del año, se especula que en primavera. Pero independientemente de si coinciden o no las fechas… Este mito del nacimiento o el renacimiento que está tan arraigado en las culturas es una forma de contactar con nuestra alegría y buenos deseos para nosotros y para los demás.
Cuando nace un/a niño/a, todo es alegría y celebración. El sentir que algo puede nacer dentro de nosotros que podemos reencontrarnos con nuestra parte sana, nos hace salir de la rutina y del cansancio de la repetición. El que aparezcan todos esos buenos deseos y esos buenos propósitos es como una toma de consciencia de que queremos algo mejor para nosotros/as y los demás. Por ello celebramos, nos reencontramos con la familia y amigos, nos intercambiamos regalos, que queremos que gusten al otro/a, que sienta lo que sentimos por él/ella.
La Navidad es la fiesta de los niños/as. Y una Navidad es realmente bonita e intensa con niños/as ilusionados/as y sorprendidos/as. Los/as adultos/as nos reencontramos con nuestro/a niño/a interior, con nuestras ilusiones y buscamos la ternura y la alegría para hacerlos/as felices a ellos/as.
Por eso si algo deseo esta Navidad, es que sean de verdad, que cada felicitación que hagamos la hagamos desde el fondo de nuestro corazón. Que cada regalo que hagamos, lo hagamos buscando el encuentro con el/la otro/a. Que cada deseo que recibamos lo aceptemos sin dudas e inclinándonos ante la buena intención en la forma que sea.
Deseo que nos encontremos en ese lugar común en el que todo es alegría, amor y paz.
Un fuerte abrazo y FELIZ NAVIDAD.