Hola:
Esta entrada es la continuación de la charla con mi hermano Javi. Es una conversación con mi amiga Mar. No la subí porque como os dije en el anterior post, Javi me pidió que no lo publicara hasta que presentara su Tesis Doctoral.
Quiero que conozcais a Mar Vázquez porque es una mujer a la que admiro y la conversación con ella es siempre interesante.
Cuando hablo con Mar, me parece que tiene claro lo que quiere, y esto se plasma en su trabajo. Ella es médico y trabaja en el equipo de gestión hospitalaria del Hospital Universitario de Santiago de Compostela, antes lo hacía en Soria. Es un puesto de mucho trabajo y mucha responsabilidad, en el que es fácil olvidarse del objetivo, que no es otro que la salud de los usuarios.
Cuando lo pienso me pregunto cómo será no liarse en un trabajo así, porque entre el equipo de gestión de un hospital y el usuario hay presupuestos, materiales médicos, personal sanitario, personal no sanitario, procedimientos y protocolos, medicación, mantenimiento, burocracia, coordinación… Sé que lo he dicho muy desordenado y me he quedado corta porque hay mucho más.
Pero Mar parece encontrar el camino, y creo que lo sabe porque se sabe reconocer, puede que al principio se vea difusa la trayectoria o incluso la meta, pero su capacidad de cuestionarse y sentirse le dan una dirección clara.
Si os fijais Mar fue cuestionada cuando estaba decidiendo su orientación profesional y erroneamente dirigida. Es fácil caer en una circunstancia así, pensar que si una persona supuestamente experta dice que se debe estar en un puesto determinado, uno se deje llevar por la opinión de ese experto y desvíe su trayectoria. Pero lo fascinante de Mar es que confió en sí misma y no se lo creyo. Algo le dijo que eso no era así y prefirió su sensación a la opinión técnica del orientador. Y… ¡Acertó!
Esos aciertos vienen muchas veces de sus cuestionamientos internos, hablar con Mar es siempre interesante, porque al compartir con ella algo que pueda ser un problema, su actitud es de curiosidad, no es de dar un consejo falso o decir algo tranquilizador para salvar el momento. Lo que aparecerá es una pregunta que puede abrir nuevos caminos. Recuerdo que uno de los comentarios que me hizo a algo que yo viví como injusticia comenzó con un: «Me pregunto qué haría yo…». Al continuar con la conversación poco a poco se fueron viendo nuevas posibilidades.
Y creo que esta es la forma en la que va buscando y encontrando, cuestionandose, teniendose en cuenta y confiando. En este camino ha encontrado la Terapia Gestalt, y para mí es un honor compartirlo con ella.
Me gustaría terminar con una frase de Wallace Stevens, poeta estadounidense, que creo que sirve de conclusión:
«La confianza, como el arte, nunca proviene de tener todas las respuestas, sino de estar abierto a todas la preguntas».
Un abrazo fuerte Mar y por supuesto, a todos y todas.
Carmen