Continúo con la tarde post-Congreso.
Como dije ayer, lo mejor del Congreso fue la gente encanadora que encontré. Después de salir del último taller de Mindfulness, mis colegas psicólogos de Logroño y yo, conocimos a nuestros compañeros del Colegio Oficial de Psicólogos de Guipuzcoa. Fue una gozada estar con gente tan acogedora.
Comimos en un restaurante fusión vasco-japonés, nos llevaron de compras y nos enseñaron San Sebastián, pasamos con ellos una tarde inolvidable… Pero lo más curioso tuvo que ver con la historia de Teresa y sus antepasados, en concreto con un tio-abuelo suyo, el compositor José Mª Usandizaga.
José Mª Usandizaga nació en San Sebastián en 1887 y murió en 1915 a los 28 años de edad. Dejó varias obras escritas entre ellas, óperas. Podeis si quereis, escuchar «las golondrinas» para conocer a este desconocido pero maravilloso autor.
Teresa escucha a diario el programa de RNE «Eso me suena». En una de sus emisiones pidieron a los oyentes que tuvieran familiares famosos que se pusieran en contacto telefónico con ellos. A Teresa le hizo ilusión llamar y contar que ella era una Usandizaga, pero cuando le cogieron el teléfono no la llegaron a pasar al directo. Le respondieron diciendo: «¿Quién es ese?».
Podeis imaginaros la frustración de Teresa porque se cuestionaba «la importancia» de su antepasado.Los antepasados son nuestras raices. El tener un antepasado famoso que ha transcendido lo cotidiano para entrar en la historia, hace importante a su sucesor.
En un delicioso y exclarecedor libro de Clarissa Pinkola Estés: «Mujeres que corren con lobos» la autora cuenta un sueño en el que se ve de pie sujetada por los pies por una vieja mujer que está bajo ella. Cuando se da cuenta del esfuerzo de la anciana, se quiere bajar y ser ella la que lleve a la señora encima. La mujer mayor le dice que no, que debe ser así y que debe llevarla sobre ella. La autora manifiesta su sorpresa al mirar hacia abajo y ver que miles de mujeres están apoyadas sobre otras más viejas y se da cuenta que el siguiente movimiento será coger a su hija y ella estará encima de ella.
Este es el movimiento sano, las nuevas generaciones apoyadas sobre los antepasados. Por eso en la mayoría de las culturas aparece este culto a los ancestros. Porque es el encuentro consigo mismo, con sus raices, con lo que uno es. Nadie ha aparecido de la nada, somos lo que somos porque llevamos las formas, los aires familiares. Porque ningún árbol tiene fuerza con raices débiles.

Por eso fue un honor estar ante José Mª Usandizaga con mi amiga Teresa Gil-Díez Usandizaga.