Os saludo en este último día del año 2011:
Me gustaría compartir con vosotros un cuento Zen:
Un maestro recibió a su discípulo en su casa y le invitó a tomar té. El discípulo comenzó a hacerle preguntas sobre el ser, la esencia, el conocimiento… Mientras su discípulo preguntaba y preguntaba, el maestro servía el té. Al servir a su aprendiz llenó la taza hasta arriba y luego siguió echando hasta que el té rebosó y se vertió en el plato. El discípulo paró de hablar para avisar a su maestro de que si seguía echando el té caería a la mesa y luego al suelo…
«Así estás tú», le contestó, «¿como puedo enseñarte si no te vacías primero?»
En las tradiciones japonesas el último día del año, o sea hoy, se hace una limpieza de armarios, se saca todo lo que sobra y se deja espacio vacio… Para volverlo a llenar.
También en Terapia Gestalt se habla del cierre las experiencias. Es la forma de poder asimilar, de dar oportunidades a la novedad, de llamar a la prosperidad. Así lo hace nuestro cuerpo, comemos, digerimos, y desechamos lo que nos sobra. Y eso es la asimilación, nos quedamos con lo que nos sirve y tiramos lo que no hasta que llega un momento en el que volvemos a sentir necesidad de llenar.
Una forma de cerrar este año para poder hacer sitio a nuevas experiencias, puede ser desapegarnos de lo que ya es conocido y repetitivo, de lo que ya no nos sirve aunque forme parte de nuestras rutinas. Porque el apego a lo antiguo y el miedo a la novedad y lo desconocido nos paralizan y hacen de nuestra vida algo predecible pero aburrido. Deja de ser VIDA para ser guión.
Podríamos vaciar nuestros armarios interiores y deshechar todo eso que nos fue útil en el pasado pero ya no nos vale. Sentirnos agradecidos por haberlo podido encontrar en otro tiempo pero permitiros abandonarlo para que podamos tener espacio para otras experiecias y conclusiones.
Quizá deberíamos preguntarnos:
¿Qué me sirve y qué no? ¿A qué me estoy apegando que no necesito ya, aunque me haya sido muy útil en otro tiempo? Y, una vez desapegado ¿Cómo quiero llenar ese vacío? ¿A dónde me quiero dirigir este 2012 que sea novedoso y me lleve a nuevas experiencias?
OS DESEO UN CONSCIENTE CIERRE DE 2011 Y UN 2012 LLENO DE NOVEDADES.
Carmen.