Hola otra vez:
En este día en mitad del Otoño, día de Todos los Santos, donde recordamos y honramos a los que nos faltan, es un momento apropiado para dar un sitio a la Muerte.

El Mahabharata es una gran epopeya de la mitología indú. En uno de sus pasajes, Yudishthira, un hombre noble a quien le habían usurpado su trono, para salvar a sus hermanos, es sometido a un interrogatorio filosófico. Esta fue su respuesta a la pregunta de «¿Qué es la cosa más asombrosa de este mundo?»:
« Día tras día entran en el Templo de la Muerte incontables vidas. Viendo este espectáculo, el resto de ellos, los que quedan, creen que estarán aquí para siempre y que son inmortales. ¿Puede haber algo más asombroso que esto?»
Y siguiendo un poco en la línea de este diálogo podemos preguntarnos: ¿De dónde viene esa necesidad de olvidarnos de la muerte?
Una posible respuesta podría ser que la tememos. La tememos desde nosotros mismos, porque en la muerte hay mucha incertidumbre. Es común oir decir que se teme que pueda ser doloroso ese momento, pero se teme también el después… ¿Habrá algo o alguien? ¿Estaré preparado/a? ¿Habré reunido méritos para el premio o para el castigo? ¿Me reencarnaré? ¿Desapareceré en la nada? ¿Qué será de mí y de mi familia? ¿Me recordarán o se reharán enseguida y me sustituirán? ¿Qué quedará de mi paso por el mundo?
Se teme también que la Muerte le llegue a nuestros seres queridos. Y esa incertidumbre se les aplica también a ellos. A muchas personas les da consuelo el saber que sus familiares no han sufrido en el momento de la muerte, pero también sucede que no vemos posible la Vida si nos faltan determinadas personas, que no podemos ni siquiera pensar, que puedan morir antes que nosotros. Esa despedida sin retorno nos angustia sobremanera.
Clarissa Pinkola Estés en su libro «Mujeres que corren con lobos», llama la atención sobre esta visión limitada de nuestra cultura occidental. Todas estas preguntas y miedos que nos plantea la muerte vienen de nuestra incapacidad de ver en conjunto y de polarizar Vida y Muerte. En nuestro ánimo de investigarlo todo, lo diseccionamos todo y lo vemos «troceado». Por eso no deben separarse la vida de la muerte sino que los arquetipos Vida y Muerte deben ser vistos en su conjunto y creer en la fuerza del ciclo Vida/Muerte/Vida.
La Vida es más intensa porque después vendrá la Muerte, podemos permitirnos tener experiencias, correr riesgos, equivocarnos… Porque todo será purificado y limpiado con la Muerte y luego todo volverá a renacer, ¿y dónde está este renacimiento?
De ese renacimiento debemos encargarnos los que nos quedamos, colocando a nuestro ser querido en otro lugar. Ya no lo veremos fuera, compartiendo con nosotros alegrías y tristezas, sino que lo sentiremos dentro de nosotros/as, en nuestros movimientos que muchas veces serán así porque lo aprendimos y los vivimos con ellos. Debemos saber que nada es igual porque amamos a alguien y nos amó, y eso que no puede ser cambiado, lo cambia todo, y colorea nuestra Vida para siempre.
Me gustaría terminar con una muy conocida canción «My heart will go on» de Celine Dion. Está subtitulada al castellano y creo que explica mejor que yo cómo todo continúa.
Un abrazo también para los que faltan.