Hoy ha comenzado el Otoño.
Esta entrada se produce en el equinoccio de otoño, donde la duración del día y de la noche se igualan y a partir de este momento el sol sale un minuto después y se pone 2 minutos antes cada día, por lo que ya podemos percibir que amanece después y que es de noche a mitad de la tarde.
La temperatura comienza a bajar y la Naturaleza cambia dramáticamente. Los animales lo sienten, unos emigran como algunas aves y otros preparan sus nidos recogiendo las frutas otoñales para adormecerse hasta la primavera. Los árboles caducos hacen lo mismo, sus hojas cambian de color y caen.
Parece como si todo se fuera adormeciendo y paralizado o… Eso parece. Hace poco un jardinero me dijo que en Otoño crecen las raices, luego su crecimiento es invisible y es de asentamiento y de autoapoyo. Si no crecen las raices las ramas no podrán crecer en primavera.
Además el Otoño es el tiempo de la última recogida. Los típicos frutos de Otoño, moras, castañas, rojas y hermosas bayas colorean los campos con sus hermosos tonos. En La Rioja es tiempo de vendimia y de preparar los caldos para que comiencen a reposar e iniciar su alquímica transformación.
La Terapia Gestalt como teoría de campo, trabaja de forma global, y no podemos olvidarnos que somos seres vivos y que no estamos separados de nuestro entorno natural. Por ello podemos aplicarnos igualmente estos cambios naturales. Es hermoso e interesante notar esta sintonía natural, y entenderla en nosotros mismos.
Muchos hemos sentido este «bajón anímico otoñal«, que no es otra cosa que la percepción de esa paralización «hacia afuera». Nuestra excitación interna es más baja, porque es el tiempo de «recoger», de asimilar, de meternos hacia adentro. Por eso el Otoño es la estación de la introspección.
¿Qué hemos recogido? ¿Qué tenemos que asimilar? ¿Cómo estamos en nuestro interior? ¿Qué hay que «tirar» que ya no nos sirve? ¿Por dónde tenemos que continuar nuestro crecimiento interior? ¿Qué apoyos necesitamos?
Os propongo estas «otoñales preguntas» que tenemos todo este Otoño para responder, para fortalecernos en nuestras raices.
Un abrazo otoñal.
Carmen